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Voluntarios ayudan a restaurar especies nativas en el embalse Laguna Honda

Voluntarios en jornada de siembra de Laguna Honda
Foto de Adrienne De Ponte
  • natalie piedra

El 9 de enero de 2024, la División de Gestión de Tierras y Recursos Naturales de la SFPUC organizó su primer día de siembra voluntaria. Treinta voluntarios trabajaron bajo la lluvia para plantar más de 300 plantas nativas en el embalse Laguna Honda. Escondido debajo de las laderas boscosas del Monte Sutro, el embalse Laguna Honda se encuentra en una pequeña cuenca hidrográfica que pertenece y es administrada por la SFPUC.

“Me encantan los árboles. Me han proporcionado una carrera. Siempre buscamos mantener cierta salud de los árboles”, explica Damon Spigelman, administrador de tierras del área de San Francisco.

Voluntarios en jornada de siembra de Laguna Honda
Los voluntarios plantaron árboles nativos, incluidos robles, sauces y toyons. Foto de Candice Byrum.

Spigelman ha trabajado en gestión de tierras con la SFPUC durante 24 años. En su función, Spigelman aborda una amplia gama de cuestiones, como los vertidos ilegales, las invasiones y el equilibrio entre la vegetación y las operaciones de servicios públicos. Al invitar a voluntarios al embalse de Laguna Honda, Spigelman y su equipo pudieron involucrar a las personas más íntimamente en el proceso de restauración. El primer paso fue retirar un bosque de eucaliptos y maleza espesa del área en junio de 2023.

“El eucalipto no es una mala especie, pero es monocultural. Esto significa que las especies nativas no pueden sobrevivir con él”, dice Spigelman.

Los eucaliptos se plantaron por primera vez en el embalse de Laguna Honda cuando Spring Valley Water Company fortificó un lago existente para convertirlo en un embalse en 1866. El embalse suministró agua potable a los residentes de San Francisco hasta 1906. El terremoto masivo de ese año dañó la tubería que transportaba agua desde el embalse de Pilarcitos a hacia el sur y posteriormente el embalse Laguna Honda fue desconectado del suministro de agua de la Ciudad. Ya no en funcionamiento, la vegetación comenzó a invadir la cuenca inactiva.

“Los bosques de eucaliptos pueden acabar con un bosque por completo. Además, las arboledas suponen un enorme riesgo de incendio forestal”, afirma Spigelman. El riesgo de incendios forestales fue especialmente preocupante en el embalse Laguna Honda, donde las paredes verticales que rodean el área llegan hasta estructuras residenciales.

Estos factores llevaron a la SFPUC a seguir un plan de restauración, lo que finalmente resultó en la eliminación de ciertas especies de plantas. En su lugar, los voluntarios plantaron árboles nativos, incluidos robles, sauces y toyons. Distribuyeron más de dos libras de semillas nativas de pastizales costeros e instalaron cercas para protección.

Voluntarios en jornada de siembra de Laguna Honda
Los árboles nativos podrán sustentar la flora diversa y el corredor de vida silvestre que existe en la cuenca. Foto de Candice Byrum.

El arduo trabajo de los voluntarios durante la húmeda mañana tendrá múltiples beneficios en los años venideros. Los árboles nativos podrán sustentar la flora diversa y el corredor de vida silvestre que existe en la cuenca. Muchos pájaros, abejas y coyotes lo consideran su hogar. Estos árboles también serán de menor altura, lo que permitirá a los visitantes en el camino ver el hermoso embalse y la cuenca hidrográfica.

Spigelman dice que este proyecto no habría tenido éxito sin el apoyo de la División de Distribución Urbana de la SFPUC, que suministra agua a los clientes minoristas en San Francisco. “En particular, quiero agradecer a Don Lampe y Bill Teahan por su coordinación con nosotros. Proporcionaron equipos de grúas para retirar árboles, plomeros para llevar tuberías de agua al sitio y nos ayudaron a instalar una escalera y una cerca”, recuerda Spigelman.

El día de la siembra también fue posible gracias a una asociación con el Departamento de Parques y Recreación de San Francisco. Este es uno de los cuatro proyectos en los que colaboramos para rehabilitar hábitats nativos.

Con cada proyecto de restauración, la SFPUC vuelve a enfatizar nuestro compromiso con nuestros vecinos y la vida silvestre. Días de siembra como este no solo embellecen las tierras a nuestro cuidado, sino que también le brindan al medio ambiente una oportunidad crucial para fomentar un nuevo crecimiento.

“Nuestros voluntarios brindan a las generaciones futuras un espacio verde y saludable para disfrutar. Estamos recuperando una atmósfera nativa para que la tierra pueda tener un respiro para curarse a sí misma”, dice Spigelman.

¡Gracias a todos nuestros voluntarios!